jueves, 20 de diciembre de 2012

Vive La Diference!


Como dijo D. Miguel Herrero de Miñòn: "para que la integraciòn de lo heterogéneo y asimétrico sea efectiva, ha de reconocerse su heterogénea y asimétrica realidad."
Esto, en apariencia tan sencillo, es un obstáculo que los españoles no hemos superado en los últimos siglos, y que de no superar, podría conllevar numerosos conflictos en el futuro, tanto políticos, como sociales, o de índole incluso militar. 

Si analizamos minuciosamente las palabras de D. Miguel, padre de la constitución actualmente vigente, vemos la referencia a la realidad "heterogénea" y "asimétrica" de nuestro país. Si miramos atrás, la negación de la politerritorialidad en España no es una novedad, y tiene que ver con el concepto de Monarquía que se ha interpretado a lo largo de los años. Una de las interpretaciones que se han dado en los últimos tres siglos es "España toda es un solo reino", acuñado por el licenciado López Madera en su obra Excelencias de la Monarquía y Reino de España (1597). Esta concepción, más conocida como "Gobierno de uno", es la que se llevó a cabo en el Decreto de Nueva Planta, y más tarde sería adoptada doctrinalmente por el constitucionalismo liberal español. De esta manera, quedaban suprimidos los fueros de la Corona de Aragón y de las Provincias Vascongadas, y se procedía a un intento de centralización, de que el Monarca gobernara de manera uniforme en un territorio homogéneo, unificado. Si volvemos a las palabras de D. Miguel Herrero de Miñón, no encontramos en ellas referencia a lo homogéneo o unificado en ninguna parte. Es más, la transición forzosa hacia un modelo centralizado, que no se corresponde con la "heterogénea y asimétrica realidad" española, es la causa del nacimiento de diversas tendencias, como el austracismo o el fuerismo, cada una en su contexto respectivo, que son los antecesores directos de los regionalismos y nacionalismos actuales. 

En la misma línea, hoy en día podemos ver cómo, habiendo reconocido una realidad heterogénea, está es utilizada no para la integración, o -en contraposición al Gobierno de uno- para alcanzar una pluralidad de cuerpos políticos conjuntamente gobernados, sino para la ruptura con la empresa común que durante siglos los españoles hemos construido. Y tampoco esto es una novedad. Desde el S. XIX existen formaciones políticas que han reclamado una defensa de sus tradiciones y costumbres, principalmente en Cataluña y País Vasco. La Lliga Regionalista de Francesc Cambò y Enric Prat de la Riba es el ejemplo más claro, al defender la singularidad de su territorio sin romper con España. Y podría decirse que lo consiguieron, ya que suyo es el mérito de la Mancomunidad de Cataluña, creada en 1914. 
También cabe nombrar a los carlistas, antiguos absolutistas que reclamaban la vuelta al antiguo régimen y la restauración de los fueros. Los últimos estuvieron muy presentes a lo largo del S. XIX en las Provincias Vascongadas, Cataluña, Aragón y Valencia. Como podemos ver, las fuerzas regionalistas eran en un principio de carácter absolutista, si bien a principios del siglo pasado la mayoría habían optado por una ideología liberal-conservadora. 
Pero tras el final de la Restauración y la dictadura de Primo de Rivera, se proclama la II República Española, y con ello, viene aparejada una profunda transformación del regionalismo tal como se había entendido durante el S. XIX y principios del XX. Aparecen los primeros partidos propiamente nacionalistas, que aspiraban a mayor autogobierno e incluso la separación del Estado español. Así podemos nombrar a Esquerra Republicana de Cataluña, o al Partido Nacionalista Vasco, siendo éste último fundado en 1895, pero con una relevancia prácticamente nula hasta el advenimiento de la República. 
El 14 de abril de 1931, Francesc Macià proclama unilateralmente la República Catalana. Era la primera vez en la historia reciente que se producía acontecimiento de semejantes características, lo que marcaría la realidad político-social de la recién nacida República. La constitución de 1931 configuraba un Estado integral, con la posibilidad de que dos o más provincias accedieran a la autonomía, es decir, preveía la descentralización, algo que no ocurría desde el proyecto de constitución federal de la I República, que salvo por la revolución cantonal, no llegó a materializarse jurídicamente por la inestabilidad política tanto peninsular como en las colonias. En 1932 se aprobó el Estatuto de Autonomía de Cataluña, y ya en plena Guerra Civil el País Vasco accedió también a la autonomía. Pero con la victoria del bando nacional, no se abordaría un proceso de descentralización hasta la muerte de Franco.
Y es en este contexto en el que Herrero de Miñón pronuncia las palabras a las que hemos hecho mención al principio del artículo. En 1978 se trató de resolver el problema endémico de España adoptando un nuevo sistema autonómico, procediendo a la descentralización del Estado. El consenso fue mayoritario. 
Pero con el paso de los años, la realidad ha cambiado radicalmente, y el problema ha vuelto a resurgir y con fuerza.
Por una parte, unos quieren unificar lo heterogéneo y asimétrico, pretendiendo crear una sociedad homogénea, o haciendo caso omiso de las diferencias que existen en la misma. Por otra parte, buscan utilizar esas mismas diferencias, sean de caráter económico, social, o lingüístico para romper los lazos que durante siglos han unido a las regiones de España.
Por ello, hemos querido citar las palabras de D. Miguel, que, sin duda alguna, contienen la solución para superar este problema, para fortalecer la sociedad civil y sin inmiscuirse en las cuestiones regionales ni expulsar las tradiciones de cada lugar; integrando a los distintos territorios que conforman el actual Estado español, reconociendo las diferencias existentes entre ellos y respetándolas.
De lo contrario, y no solucionar el problema, nuestro destino corre el peligro de seguir el camino de antiguos Estados, como el Austro-húngaro, que acabaron desintegrándose por no reaccionar a tiempo ante una situación similar a la nuestra, aunque con un contexto y unas características muy diferentes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario